Qué son los hilos tensores

Los hilos tensores son, como su nombre indica, hilos sintéticos que se aplican bajo la piel para conseguir un efecto de tensado o elevación. En los últimos años su uso se ha popularizado mucho ya que son fáciles de colocar y apenas producen complicaciones, no se necesita baja médica y no interfieren con la rutina diaria. Por contra, su efecto es muy limitado y no es comparable en ningún caso con un verdadero lifting quirúrgico.

Candidatos a tratamiento con hilos tensores

No todas las personas envejecen de la misma manera, e incluso en edades tempranas existen patrones faciales muy diferentes. Los hilos son una buena alternativa para personas delgadas en las que predomina el efecto de flacidez sobre, por ejemplo, el exceso de grasa. Son útiles para definir la línea mandibular y para mejorar el surco nasogeniano. En la parte superior de la cara se pueden usar para tensar la cola de la ceja y producir una ligera elevación de la misma.

En personas jóvenes los hilos se utilizan también como prevención del descolgamiento. En este caso el resultado es poco llamativo pero puede evitar la necesidad de tratamientos más agresivosen el futuro.

Otro uso común de los hilos son las líneas de expresión muy superficiales, en las cuales solemos colocar hilos pequeños para estimular el colágeno de la zona y aplanar la arruga.

Tipos de hilos tensores

Existen fundamentalmente 2 clases de hilos:

  • Monofilamentos: estos hilos son iguales a los usados por la mayoría de cirujanos de cualquier especialidad, aunque modificados para ser utilizados en medicina estética (se presentan introducidos en una aguja larga y recta que facilita su inserción bajo la piel). Al reabsorberse generan una pequeña reacción inflamatoria a su alrededor que estimula la síntesis de colágeno y otras fibras, además de provocar una micro cicatriz que se contrae y tensa la piel por encima. Suelen colocarse muchos a la vez, del orden de 30-50 en la cara, por ejemplo.
  • Especulados: Estos hilos generalmente son más largo y gruesos que los anteriores, pero lo que les caracteriza es que poseen espículas (de diferentes forma y disposición), que anclan el hilo a los tejidos, por lo que se puede ejercer cierta tracción una vez están bajo la piel. Se suele colocar pocos, por ejemplo uno a cada lado de la mandíbula o 2-3 en la mejilla, siendo muy importante la dirección en la que ejercen la tracción porque esa será la dirección del efecto lifting.

La utilización de hilos en medicina estética es un procedimiento relativamente novedoso. Su ventaja principal es que se realizan sin necesidad de intervención quirúrgica y el resultado es inmediato

Descripción del procedimiento

Las diferentes técnicas de lifting con hilos pueden realizarse en la consulta, sin necesidad de preparación previa ni anestesia. No obstante, para colocar los hilos de mayor longitud y diámetro es aconsejable la aplicación de crema anestésica e incluso pequeñas infiltraciones para conseguir que sea lo menos molesto posible.

Una vez limpia y anestesiada la piel el médico va colocando los hilos de forma que el efecto conseguido sea máximo. Cuando se trata de hilos monofilamento, que actúan propiciando una reacción inflamatoria controlada a su alrededor, lo más habitual es crear mallas de hilos en forma de cuadrícula para retensar la zona tratada. Los hilos más largos, que poseen espículas de diferentes formas y tamaños se colocan siguiendo las líneas de descolgamiento de la piel para contrarrestar su progresión y conseguir el deseado efecto lifting.

Cuidados posteriores

El procedimiento de hilos se tolera bien y puedes retomar tu rutina diaria sin ninguna restricción. Es normal, sobre todo con los hilos tensores, que notes la cara algo tirante y dificultad para la mímica durante unos pocos días. Se recomienda no realizar ejercicios extenuares ese día, así como aplicar frío local para controlar las posibles molestias.

Duración de los resultados

La mayoría de hilos que se colocan en nuestro medio son reabsorbibles, por lo que pasados unos meses el material habrá desaparecido por completo. La duración del efecto visible del tratamiento es imposible de calcular. Por un lado el proceso de envejecimiento y descolgamiento no se detiene, y por otro, una vez reabsorbido el hilo parte de la reacción inflamatoria que produjo aun estará presente un tiempo que no se puede cuantificar.

En definitiva, la necesidad de volver a realizar el tratamiento pasados unos meses o valorar otras opciones como el lifting quirúrgico deben ser individualizadas en cada caso.