Qué es

Los nevus o lunares son las lesiones cutáneas más frecuentes. De media cada adulto de nuestro entorno tiene entre 10 y 40, apareciendo con más frecuencia en zonas expuestas al sol, como la cara, el cuello, el escote y los brazos.

Los lunares están formados por grupos de melanocitos, que son las células de la piel que producen melanina. Los nevus pueden tener diferentes tonalidades, desde rosada a marrón oscura, y su forma es redondeada u ovalada.

Casi todas las lesiones de este tipo son benignas e inofensivas. No obstante una de cada diez personas tiene algún lunar atípico o nevus displásico, que tienen una riesgo mayor de tornarse malignos. Una consulta con un dermatólogo normalmente es suficiente para descartar esta posibilidad.

En definitiva, el motivo por el cual tratamos estas lesiones con más frecuencia es puramente estético.

En general, el motivo más frecuente para quitarlos es puramente estético.

Descripción del procedimiento

La eliminación de lunares es una técnica muy sencilla que solo precisa anestesia local en la zona de la extirpación. Tras realizarse puedes volver a tu rutina sin necesidad de cuidados especiales.

Se marca la incisión en la piel para que sea lo más pequeña posible, intentando que su orientación favorezca una cicatriz imperceptible. A continuación se anestesia la zona y se procede a la exéresis completa y en una pieza de la lesión, asegurando que también es completa en profundidad. Mediante una sutura se aproximan los bordes de la incisión y se cubren con un apósito.

Cuidados posteriores

No es necesario un cuidado especial, si bien se recomienda evitar grandes esfuerzos ese día. Lo más importante es proteger la zona del sol durante varios meses, al principio con un apósito reductor de cicatrices y posteriormente con una crema solar de alta protección.